Llegamos y gracias al GPS pudimos llegar al hostel rápidamente. Esta vez nos toco hospedarnos en uno mas juvenil, es decir, lleno de pendejos barderos insoportables. Si, ya estamos viejos para ir a hostels.
Bueno, Tam estaba mal con la gamba así que lo tomamos con soda. Recorrimos mucho de Florencia, me subí al domo y contemplé la vista. Hermosa ciudad. Antigua, llena de estatuas, fuentes y monumentos. Mas iglesias que nunca.
Tomamos algún helado y sacamos los pasajes para Venecia y Paris. Fue un día mas que nada de pasear y admirar el arte de la ciudad, pero tranquilos.
A la noche comimos en el hostel y nos fuimos a dormir. Dios, qué quilombo! Fiesta en el mismo hostel hasta no que qué hora de la madrugada. Un desastre. Dormimos como el culo...
Al otro día nos levantamos y nos fuimos a la terminal para tomar el tren a Venecia.
Los tanos son copados, pero tienen el mismo problema que los africanos e hindúes inmigrantes. No saben qué es el desodorante. En este viaje he olido los peores olores a chivo de mi vida. Los peores...
NOTA: no deja pasar tanto tiempo porque después no me acuerdo de lo que hicimos.
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