Acá estoy, escribiendo sobre Paris con lo que me que me acuerdo, desde Madrid, mientras la china ve cosas de cupcakes y yo descanso en un banco en una vereda escuchando música y escribiendo para vosotros.
Subimos al tren desde Venecia con dirección a Florencia porque el que iba directo a Paris desde ahí ya estaba lleno. Dos horitas de viaje.
Al llegar nos tomamos de toque el tren a Paris. Este no tenía nada que ver con lo que veníamos utilizando. Vagones viejos, mucho olor y mucha oscuridad. Cuando vas a arrancar un viaje largo en un medio que no junás, y en condiciones que objetás, debés tratar de ponerle onda, pero se puso jodido.
Compartimos el vagón con tres chicas chinas y un hindú. No olían tan mal cómo uno hubiera imaginado, pero los de al lado eran seis sucios que intoxicaban todo nuestro camarote. Sé cómo suena, pero es la posta. No se podía estar. Será educativo, súper justificable y entendible, pero no sabían qué er el desodorante estos muchachos/as.
Para hacerla corta, fueron 12 horas de mierda, pero que finalmente nos condujeron a Paris. Luego de bajar y combinar algunas líneas de metro pudimos llegar a la casa de Sandie. Cinco pisos por escalera, con Tam que no podía hacer fuerza, y dos maletas que para mi eran mas grandes que dos casas rodantes. Olvidable.
Aprendizaje: pensar en los imprevistos. Ser pesimista está bien. Nunca más sin ascensor y con tanta ropa. La ropa sucia se soluciona con un lavadero, pero el peso extra no.
Nuestra anfitriona nos recibió un poco secota, pero con onda. Al pasar los días nos dimos cuenta de que simplemente fue la reacción inicial. Sandie se portó de lujo. Ah, y tiene una gatita hermosa que se llama Zelda. Punto a favor, sin dudas.
Paris es monumental. Sus edificios fueron los primeros que estuvieron a la altura de mis expectativas europeas. Todos de 5 pisos, y con una fachada similar. Por dentro pequeños y como el depto de Grigori (nuestro hogar en Atenas), muy organizados y aprovechando al máximo el espacio. No se puede generalizar pero me dio esa sensación.
Para rosh hashana, como no encontramos un lugar de la cole para comer, nos fuimos a un lindo bar con música, y luego al museo erótico. En el primero nos desatendieron bastante ya que había una mesa de yankees que acapararon el servicio del lugar, pero la música era muy buena. Pianista medio borracho mas una piba que cantaba muy bien. Buen gusto en canciones. Qué mas, no?
Conocimos la monumental torre Eiffel. Subimos y disfrutamos de la vista increíble. Vale la pena subir y recorrer todos sus alrededores.
Uno de los días pudimos combinar con Michel, un programador amigo de Argentina, y Paula, su mujer, para que nos mostraran algo del Paris que no conocemos. Ellos han vivido allí en mas de una oportunidad y se coparon con pasar una tarde junto a nosotros. En fin, salimos de la puerta de Notre Dame (impresionante e incomparable con otras construcciones del mismo tipo) y comenzamos a recorrer Paris. El latin quarter, viviendas de gente conocida, el Siena, los jardines de Luxemburgo, el Panteón y mucho mas. Pero la cosa se cagó. En el apuro omitimos decirles que Tam estaba mal de la gamba y fuimos a un ritmo fatal, que luego de tres horas, le pasó factura: no podía mover la gamba. Paula y Michel se re coparon y nos dieron una mano yendo al hospital con nosotros. Les debemos una grande, en serio, porque nos facilitaron la comunicación con los médicos y se quedaron ahí, haciendo el aguante, cuando nosotros más lo necesitábamos. Assist Card fue un desastre pero pudimos igualmente salir adelante (estoy en Madrid escribiendo esto, así que la cosa debe haberse solucionado, no?)
El ultimo día me fui al museo Louvre solo (Tam se fue con Sandie al Cupcake Camp). Qué elección! Era el día gratis, así que la gente que había en el recinto era incontable. Tres cuadras de cola. A pesar de esto pude disfrutar bastante. Vi las obras clásicas, incluyendo la Mona Lisa y la Venus de Milo, y luego me retiré completamente desgastado a buscar a las chicas a un barrio que no junaba pero que tenía un canal en el medio y que era muy bohemio y carente de turistas. Me doy cuenta de que esos son los barrios que me copan... Los posta, los que no están viciados por el negocio del turismo. Volvimos y comimos sushi francés. Según Tam no se compara con el casero de Majito, y puede que tenga razón.
En sumatoria, nos deberíamos haber quedado tres semanas solo en Paris. Súper lindo, inmenso y con mucho pendiente de recorrer.
Es el único lugar que perdura en mi cabeza como un potencial destino para pasar un tiempo. Vivir no, pero sí hacer la experiencia de estar un buen rato, digamos... Unos 6 meses?
Volveremos, con un poco de suerte.
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